PRIMER PREMIO
EL BORDE
Te sigo proyectando en la ternura
desesperada de los hospitales;
por detrás de mi hombro, en los cristales
de los espejos surge tu figura.
Tan sólo en los espejos, en la hondura
del sueño, en las esquinas especiales
donde tiembla tu ausencia, en los umbrales
confusos del amor y la locura.
Pálido barrilete sonoliento
tu enflaquecido nombre se desliza
en este otoño lacio, y sobre el viento
se trepa y aparece tu sonrisa
dejándome de nuevo sin aliento
en el borde esencial de la cornisa.
DOLORES CÉSAR
SEGUNDO PREMIO
EQUIDISTANCIA
Entre las tantas cosas que me diste,
guardo tu tibio olor y un leve acento;
y transito las calles con el lento
y mismo modo débil que tuviste.
Tengo tu molde y tu mirada triste,
tomé tus formas y tu pensamiento.
Soy sinónimo exacto y en mi aliento
hoy se alargan los sueños que perdiste.
Llevo, también tu decoroso oficio
de guarismos y frías notaciones.
Piso tus huellas, voy rumbo a tu meta.
Y, conforme a la esencia, el mismo vicio
-el rescatar lejanas emociones-
vestido con tu traje de poeta.
LUIS GUILLERMO PEDRI
TERCER PREMIO
SONETO DEL AMOR CAUTIVO
Esa mujer que aprietas en la mano
como si fuera tuya sin disputa
es frágil y vulnera tu absoluta
convicción de creerte soberano.
Deberás ser el hábil artesano
que cincele su alma irresoluta
para saciar tu sed, como una fruta
que sin pudor mordiste muy temprano.
Habrás de navegarla como un río
cuyo cauce secreto desconoces;
y serás un madero en cautiverio
que las aguas arrasen con su brío
de desconcierto y júbilo en que goces
hasta el último aliento del misterio.
ÁLIDA JORJA ALLOCCO
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