Al mismo tiempo, se invita a todos los escritores dolorenses a sumarse a esta convocatoria.
Hasta el momento, participaron de dicha iniciativa los poetas Teresita Saint Esteben, Susana Repetto, Griselda García Cuerva, Susana Ayala, Susana Iturralde y Zenón Suárez Casielles, cuyos poemas son los siguientes.
Te arrastra la furia
que habita en tus cejas.
En la disparada,
tus cabellos aran el cielo...
El retumbar suena a redoble.
Por fin,
en repiqueteo
se desata la lluvia.
Y aquel caldo hirviente
se vuelve así nomás,
tranquilamente,
roce de ala de ángel.
Teresita Saint Esteben
UN ROSTRO SE DESTACA
El cielo opaco y oscuro
penetra en mis pupilas
quitándoles su brillo
y empañando las imágenes.
El viento misterioso se acerca
suspirando a mi alrededor,
se rompe el silencio,
juego con los sonidos.
La tarde tormentosa
aún tiene su encanto,
las nubes forman figuras
que florecen en mi alma.
Levanto la vista y observo
infinitas siluetas multiformes,
descubro la belleza
en la gris inmensidad.
Animales, personas y monstruos,
hadas, ángeles y duendes
cobran vida en mi mirada
y alimentan mis sueños.
Hay un rostro que se destaca,
su gesto serio impone respeto.
¿Será alguien quien sabe
que siempre robo las nubes?
María Griselda García Cuerva
Una tormenta parece
que se aproxima en el cielo,
y una sombra sobre el suelo
de toda la tierra crece.
Pero cuando llegue y bese
la lluvia ,la chacra estrecha,
sonríe ,espera y acecha
la fuerza del chaparrón,
para mojar el terrón
y asegurar la cosecha.
Por los impetuosos vientos,
los animales retozan,
y los pajaritos gozan,
resguardados y contentos,
porque ellos están sedientos,
si hubo sequía, hasta ayer,
mañana podrán beber,
el agua que les faltaba,
y cada uno soñaba,
la luz del amanecer.
Pero todo lo que avanza,
aunque sea triste se aleja,
y al fin de todo nos deja
un motivo de enseñanza.
La tormenta con templanza
sobre lo malo se ampara,
pero lo oscuro se aclara
y como otros ...digo yo;
"Siempre que llovió paró"
y "al mal tiempo buena cara".
Susana Repetto
IMAGEN EN LAS NUBES
¿Sos la señal de un nuevo cataclismo?
¿Sos la ira del cielo y las alturas?
¿Sos la imagen del hombre y su aventura
en la rueda del tiempo y el abismo?
¿O hay algo más que el duro dramatismo
que envuelve lo fatal de tu figura?
¿No hay una pena en esa desmesura
que se oculta, incluso, de vos mismo?
¿Qué secreto se esconde a las miradas
en la expresión inquieta de la nada
que rodea tu espléndida simpleza?
¿Hay algo de divino y de nobleza
en el gesto de cálida grandeza
que insinúa una Voz Enamorada?
Susana Iturralde
SEÑOR DE LOS TIEMPOS
Es el Señor de los Tiempos.
Siempre está allí…
Siempre viene de allí…
Es el Personaje místico.
Lo intuimos todos.
Sus ojos miran fijos algún punto cercano.
Ojos claros, agudos, angustiados, profundos
dulces, de copiosas cejas.
Boca entreabierta. No puede articular palabras.
Queda allí su intento.
Abrumado por la incertidumbre.
Él busca amparo.
Pienso que lo encontrará. Hombre joven de pelo hirsuto y revuelto
como incendiado de nubes que lo confunden.
¿De dónde viene?
¿Hacia dónde va?
La desgracia ha invadido
su alma y su cuerpo.
Busca un punto infinito
que parece que lo acerca.
Es un Hombre bravío, fuerte,
enhiesto, sensible y dominante.
Siempre a la deriva.
Siempre desafiante.
¿Cuál es el peso que guarda en sus entrañas?
¿Se siente culpable?
Firme y belicoso
va en búsqueda de la verdad,
de algo constante y estable,
de algo que lo contagie de luz
y lo deje más acá de las tinieblas,
de algo de donde pueda salir
de su entorno gris, nublado, incierto, apesadumbrado…
¿Ocurrirá alguna vez, Señor de los Tiempos?
¿Estaremos preparados para ese momento?
O, tal vez, simplemente,
seguiremos el antojo despiadado del devenir certero
con luces y sombras, con fríos y estíos,
con almas y cuerpos, con cielos y tierras,
con días y noches de alegría y pena…
con la vida misma que arranca en ahora
y llega a sus fines perpleja, vacilante,
temerosa y sabia.
Susana Ayala
LA NUBE GRIS
¿En esa nube gris,
o en el brillante sol
te puedo ver mi DIOS?
¿Por qué mi DIOS,
tengo que saber?
Donde moras,
donde duermes,
si con solo darme cuenta
que por mi velas,
noche y día es suficiente.
Si el viento acariciándome pasa
y mis ojos no lo ven.
¡Pero sé que es el viento!
Así debo saber de Ti,
que sin verte, te presiento.
Y sin verte, me acompañas,
y me bendices con Tu Gracia.
¡Tantas piedras del camino
me has corrido! Y sé
que con solo darte gracias,
Señor, mi DIOS, recompensado TÚ,
de mí, lo estás.
Detrás de cada nube gris,
está el brillante SOL.
Noé Zenón Suárez Casielles- 2013.
